martes, 12 de octubre de 2010

Del retablo a la vida, construyendo ciudadanía. Migraciones y Trabajo Doméstico

Idania Trujillo
Fuente: www.alainet.org

ALAI AMLATINA, 11/10/10.- Alicia y Edda son dos mujeres desconocidas.
Sus historias no cuentan para las pasarelas de los concursos de top
models ni sus rostros aparecen en las portadas de las revistas femeninas
o en las pantallas de espacios publicitarios de televisión. Sus
historias son duras, estremecedoras, sacuden el alma cuando una las escucha.

Mientras nos agrupábamos en círculo en una improvisada aula de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Quito,
Ecuador, donde tuvo lugar el taller Migración, trabajo doméstico y
violencia de género, dentro del Foro Social Mundial de Migraciones,
recordé a las miles de mujeres asesinadas de Ciudad Juárez, México, a las tailandesas que son forzadas a vender sus cuerpos, a las
colombianas, dominicanas que trabajan como verdaderas esclavas en países
europeos, la mayoría indocumentadas y pobres, y a las indígenas y
campesinas que están emigrando cada vez más frecuentemente para las
grandes ciudades dentro de sus mismos países.
No sé porqué extraña coincidencia recordé -mientras escuchaba hablar a mujeres de Ecuador, Costa Rica, Argentina, Colombia, España, Guatemala-
a la escritora cubana Dulce María Loynaz, Premio Nobel de Literatura,
cuando decía que “la mujer debe ver más allá del mundo circundante, y
más adentro en el mundo interior, pero no detenerse allí sino saber
hacer ver a los demás lo que se ha visto”.

Mujeres en círculo fueron desgranando sus memorias de dolor y de
esperanza, compartiéndolas como pan trozado que pasa de mano en mano. El
teatro de la liberación fue la metodología empleada por las
organizadoras del taller. Y no hubo mejor manera que los trabajos en
grupos para que salieran a flote las vivencias cuajadas de sensaciones y
colores, de matices y perspectivas diversas como es el universo femenino.

La idea era partir de una construcción colectiva y devolver las
realidades mediante el lenguaje del teatro espontáneo, que libera a las
personas y sirve para conocer una problemática, dialogar sobre ella de
modo horizontal y abierto; pero también para encontrar alternativas y
soluciones.

Rápidamente el escenario cambió y las mujeres se agruparon en cuatro
grupos para analizar los temas: violencia sexual en espacios de trabajo
doméstico, trabajo doméstico y trata de mujeres, migración nacional e
internacional y su relación con el trabajo doméstico y organización
social del trabajo doméstico, soluciones para visibilizar sus aportes
sociales y económicos.

Más allá del escenario

Cada quien a su esquina, cada quien a liberar sus experiencias para ser
contadas y compartidas. Y luego, el escenario imaginario del telón que
se sube y aparecen estampas representadas de abusos, rupturas y pérdidas
de identidades, migraciones forzadas, violencias, descubrimientos de
orígenes, recomposición de espacios físicos, geográficos, culturales y
emocionales, memoria de cuerpos que hablan de dolor pero también de
esperanza y lucha organizada por hacer valer sus derechos.

El impacto de la migración como experiencia laboral sobre la condición
de la mujer, lleva a la necesidad de examinar las consecuencias globales
del proceso migratorio sobre esta condición. Una atenta mirada nos
coloca más allá de una simple posición de observación. Existen
innumerables declaraciones y recomendaciones sobre la necesidad de
proteger a las migrantes y se ha forjado una agenda global en su favor,
inseparable de aquella más amplia que persigue establecer relaciones de
género más equitativas.

Específicamente, respecto a las mujeres migrantes y los mecanismos
internacionales de protección y promoción de sus derechos humanos, los
principales son la Convención para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW, de 1979), el Programa de Acción
de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (El
Cairo, 1994) y la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial de
la Mujer (Beijing, 1995), propuestos por las Naciones Unidas.

Pero qué hacer cuando ese cuerpo de leyes y convenios internacionales
cae en un saco sin fondo. La respuesta podría ser organizar sujetos,
sujetos en movimiento. En este caso particular, empoderar a las mujeres
de sus posibilidades reales como sujetos de cambio por una ciudadanía
universal que no sólo las proteja sino que ellas mismas sean capaces de
transformarse y transformar sus realidades.

Datos que hablan por sí solos

Según ISIS Internacional (Servicio Femenino Internacional de Información
y de Comunicación) (1998), las redes de trata de mujeres están
especialmente activas en Suriname, donde se concentra y distribuye un
alto número de brasileñas, dominicanas y colombianas que ejercen la
prostitución. La trata de personas está también presente en las zonas
fronterizas de países sudamericanos y centroamericanos con destino a los
Estados Unidos y Canadá.

La otra cara de la trata de mujeres es la presencia de un alto
contingente de latinoamericanas y caribeñas en países de Europa. Se
señala que este fenómeno no puede ser analizado fuera del contexto
migratorio y que las mujeres que caen en las redes de los tratantes
generalmente han sido contratadas para el servicio doméstico,
matrimonios acordados y prostitución.

El único documento internacional vigente relacionado con la trata es el
Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación
de la Prostitución Ajena, que data de 1949; tiene la limitación de
remitir la definición de trata de mujeres a aquella que ocurre con fines
de prostitución, excluyendo a un gran número de víctimas de otras formas
de explotación; además, no tiene un enfoque basado en los derechos
humanos. Entonces, cabría preguntarse si el cambio vendrá por aprobar
más leyes o por concebir aquellas dentro del marco de políticas
nacionales e internacionales que tengan en cuenta real y
democráticamente a las mujeres como sujetos y no como objetos.

La relación entre migración femenina y vulnerabilidad tiene muchas
fuentes: el racismo, la xenofobia, la violencia y la trata de personas,
la baja escolaridad y los salarios inferiores a los mínimos
establecidos, el trabajo forzado y las peligrosas condiciones de vida,
la falta de acceso a servicios sociales básicos, entre otros, que se
agudizan con las inequidades de género.

Las mujeres, en general se insertan en el mercado laboral en condiciones
más precarias, en comparación con los varones: ganan menos, sus empleos
son más precarios , sobre todo en el llamado sector no formal de la
economía, tienen trayectorias laborales más interrumpidas, menor acceso
a los sistemas de seguridad social, mayores niveles de desempleo y
subempleo, trabajan en peores condiciones con respecto a la seguridad y
la salud ocupacional y tienen que equilibrar continuamente su trabajo
remunerado con sus responsabilidades familiares.

Pero quién o quiénes generan estos desequilibrios. Está claro que no son
las y los migrantes. Sabemos que es el modelo patriarcal, depredador y
capitalista impuesto por las corporaciones que pretenden controlar la
vida de los seres humanos. Pero hasta cuándo.

Ellas vuelven al retablo, pero esta vez al de la verdadera vida. Tienen
conciencia de que no es un camino fácil pero tampoco imposible. El
reconocerse en sus historias propias y en la de las demás las hace
crecer, les da confianza y ánimo para seguir cambiando el mundo y para
reconstruirse como ciudadanas migrantes con voces propias.

Idania Trujillo es periodista del Centro Memorial Martín Luther King de
Cuba (CMLK). Cobertura de la Minga Informativa de Movimientos Sociales.

Más información: http://alainet.org
RSS: http://alainet.org/rss.phtml

martes, 5 de octubre de 2010

Pasos adelante en la visibilización del trabajo de cuidados

Empleo de hogar, cuidados y ciudadanía global

La autora expone que la reforma del trabajo de hogar debe acompañarse de un cambio de raíz en las relaciones socioeconómicas.

En 1985 el Gobierno socialista firmaba el Real Decreto 1424/85 por el que se regulaba el Régimen Especial de Empleados de Hogar (REEH), discriminándolo injustamente del resto de sectores laborales. Desde entonces, ningún Gobierno ha abordado el cambio de régimen, pese al enorme trabajo de protesta llevado a cabo por Asociaciones de Trabajadoras del Hogar como las de Bizkaia, Valladolid o Granada, desde las que se ha denunciado la discriminación de un sector feminizado, la desprotección de las empleadas de hogar o el abuso de las agencias de colocación.

Fuente: Diagonal Web. Periódico quincenal de actualidad crítica.

Limpiar en tiempos de crisis

La recesión, sobre los hombros de las trabajadoras extranjeras

Las tres mujeres consultadas para esta nota siempre han querido cambiar su situación laboral y cambiar de régimen, pero la crisis ha empeorado sus condiciones laborales sin que se haya reducido su carga de trabajo.

Con el pretexto de la crisis, muchas empleadas de hogar han tenido que aceptar peores condiciones de trabajo para seguir ganando dinero y cubriendo la cuota de 163,30 euros que les exige la Seguridad Social, sobre todo las extranjeras que tienen que demostrar que cotizan para renovar sus permisos de residencia y trabajo. Reducciones de salario y de la jornada laboral han sido la norma, aunque el descenso de la carga de trabajo no ha sido proporcional a este reajuste.

Fuente: Diagonal Web. Periódico quincenal de actualidad crítica

Actualmente el 65% de las trabajadoras del hogar afiliadas a la seguridad social son extranjeras

El PSOE incumple su anuncio: las empleadas de hogar no se acercan al Régimen General

En 2006, el Gobierno de Rodríguez Zapatero anunció que se iba a llevar a cabo la reforma del Régimen Especial de Empleados de Hogar en el proyecto para modificar la Ley General de la Seguridad Social, sin embargo la última reforma del mercado de trabajo no modifica la situación de precariedad en la que están instaladas las trabajadoras del sector doméstico. La reforma laboral ha modificado levemente algunos puntos sin tocar lo esencial, es decir, sin alterar la invisibilidad de un trabajo que se relaciona directamente con la migración femenina, los cuidados y, en definitiva, la propia organización de la sociedad.

Fuente: Diagonal Web. Periódico quincenal de actualidad crítica