Chicago
FUENTE: EFE
Las trabajadoras domésticas, en su gran mayoría inmigrantes indocumentadas, reciben pagos insuficientes y son víctimas de abusos verbales, psicológicos y físicos, según un estudio divulgado hoy por la Universidad de Illinois en Chicago (UIC).
"El trabajo doméstico es mayoritariamente femenino, realizado por inmigrantes de minorías étnicas mayoritariamente indocumentadas, que ingresan a la fuerza laboral con múltiples desventajas", señalan los autores del estudio "El invisible y desregulado mundo del trabajo doméstico", realizado en 14 ciudades de Estados Unidos.
Los investigadores del Centro de Desarrollo Económico Urbano de la UIC entrevistaron a 2.086 niñeras, limpiadoras y cuidadoras procedentes de 71 países, y el resultado fue un cuadro de salarios bajos, trabajo peligroso y "mujeres vulnerables a la explotación y el abuso".
El estudio destaca la importancia crítica de las domésticas en la economía de EE.UU., "porque hacen posible el trabajo de quienes las contratan para cuidar de sus casas, padres e hijos", y también el "aislamiento social" en el que viven, al ser empleadas directamente por las familias que sirven.
"Trabajan en la casa de sus empleadores, muchas viven en esas casas y hasta duermen en los cuartos de los niños que cuidan. Algunos empleadores las tratan como miembros de la familia, pero otros son hostiles y actúan de manera perversa. La falta de tiempo para dormir es la queja más común de las domésticas", dice el estudio.
El estudio destaca que 23 % de las encuestadas cobraban menos del salario mínimo, y 48 % menos de lo necesario para mantener una familia.
Además, 10 % eran víctimas de robo de salarios o no recibían ningún pago, 23 % cobraban con atraso y 25 % tenían tantas responsabilidades que no les sobraba tiempo siquiera para dormir cinco horas diarias.
Asimismo, las empleadas domésticas son víctimas de abuso verbal, psicológico y físico en el trabajo, y al ser contratadas directamente por sus empleadores carecen de derechos laborales o no están protegidas contra la discriminación o las condiciones insalubres de trabajo.
El estudio incluye testimonios como el de Elena, que trabajó como niñera en Miami por 1,50 dólar por hora y cuya patrona llegó a deberle 7.000 dólares en salarios atrasados.
Carmen fue contratada como limpiadora por una pareja en Miami, pero luego sus tareas incluyeron labores de jardinería, lavar la ropa, el cuidado de niños y de 10 perros.
Según Carmen, solamente comía cuando sobraba comida y el pago variaba entre 30 y 50 dólares semanales, aunque en algunas ocasiones no recibía su salario.
Anna, por su parte, declaró que trabajaba como niñera en Nueva York de 6 de la mañana a 10 de la noche, además de lavar ropa y cocinar. Durante 15 meses no tuvo un solo día libre, y en lugar de los 1.500 dólares mensuales prometidos recibía 620.
Los mismos problemas fueron denunciados por domésticas en Chicago, como Digna Morales que integra la Latino Union de Chicago y en 10 años de trabajo doméstico jamás recibió horas extras.
"Cuido a los hijos de mis patrones como si fueran los míos, con el mismo amor y dedicación, pero no tengo derecho al salario mínimo u horas extras, ni tampoco soy clasificada como empleada", dijo la trabajadora a los investigadores.
Nik Theodore, de la Universidad de Illinois y coautor del estudio, afirmó que los resultados "muestran lo que sucede cuando los trabajadores son excluidos de las protecciones laborales básicas".
El estudio recomienda que se deje sin efecto la exclusión de las trabajadoras domésticas de todas las leyes estatales sobre salario mínimo, y que se las agregue a los programas de compensación por desempleo.
Asimismo, que se les garantice los mismos derechos de horas extras, comidas y descansos, y se las proteja contra la discriminación a nivel estatal y federal.
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